Hace un año que no
iba a mis acostumbradas salidas trekkeras.
¡No sé cómo puede
haber pasado tanto tiempo! Y es que entre el trabajo, el dinero y las distintas
responsabilidades, el tiempo se nos pasa.
La primera vez que
fui a una excursión fotográfica fue en el 2014, unos meses después de haberme
separado. Necesitaba recargar energías y limpiar el alma. Fui sola, me sentía
sola, no conocía a nadie del grupo, fui a la aventura y tenía un poco de miedo,
pero lo hice. Finalmente fue genial y conseguí muchos amigos que hasta hoy
conservo y seguimos saliendo de excursión.
Esta vez también
tenía ganas de recargar energías y limpiar el alma. Pero, sobre todo, ¡de ESCAPAR!.
Escapar de la rutina, del estrés, de la vida, de todo.
He vuelto
recargada, renovada y, lo mejor de todo, con nuevas ideas. Solo debo ordenarlas
un poquito y seguro que pronto les contaré algunas de ellas por acá.
Pero, bueno, mejor
paso a contarles de mi aventura esperando los anime a vivirla también.
Créanme: VALE LA
PENA.
Esta vez me fui a
Huancaya, a la Reserva Paisajística de Nor-Yauyos Cochas. Está a 8 horas de Lima, pertenece a la provincia de Yauyos y está ubicada a 3554 m. s. n. m.
Si vas en auto
particular puedes ir por la Panamericana Sur hacia Cañete, luego ir por el
camino a Lunahuaná y pasar por los poblados de Pacarán, Zúñiga, Catahuasi,
Magdalena, Tinco Alis y Vitis hasta llegar a Huancaya.
Si vas en bus recomiendo
tomar uno hasta Cañete, los precios están entre 10 a 15 soles. Luego tomar una
cúster que va a Imperial por 1 sol, bajar en el Jr.Atahualpa. Después abordar
los buses con dirección a Yauyos que están 20 soles aproximadamente, finalmente
tomar los buses a Huancaya que tienen un precio de 10 soles. También hay
empresas de transportes que van directo desde Imperial Cañete a Huancaya, el
precio está entre 40 y 50 soles.
Es recomendable salir de Lima de noche
para llegar a tomar un desayuno ligero mientras se logra la aclimatación a la
altura. Si saben que esta les genera malestar, lo recomendable será tomar
medicina para el soroche dos días antes del viaje.
La distancia a recorrer
hasta Huancaya es de 320 kilómetros. Es una ciudad pequeña, hermosa y, sobre
todo, acogedora. Las caídas de agua que la adornan son maravillosas. En el día podrán
encontrar un sol increíble pero por la tarde-noche hace mucho frío, así que es
mejor ir preparados.
Pueden empezar el
recorrido por los alrededores de la zona en los que se toparán con muchas
cascadas y el puente colgante. El maravilloso paisaje permite tomar bellísimas
fotos.
Recomiendo,
también, que den un paseo en la laguna Huallhua y almuercen al pie de ella
disfrutando de una sabrosísima trucha de la zona. En Huancaya pueden elegir quedarse en algún hospedaje —son bastante accesibles
respecto al precio— o acampar al lado de las cascadas.
Al día siguiente, y
ya más aclimatados, una buena recomendación es que se den una vuelta por el
mirador Cantagallo para aprovechar la gran la vista de todas las cascadas de la
zona que permite desde lo alto.
Ya de retorno a
Lima es básico hacer una parada en la laguna Piquecocha. Con toda sinceridad
les puedo decir que este es un paso ¡imperdible! Sus colores y la paz que emana
del lugar son increíbles. Aquí también pueden disfrutar de relajantes paseos en
bote y tomar muchas fotos desde su hermoso muelle.
Siguiendo de
bajada, la parada en Lunahuaná es imprescindible para almorzar unos deliciosos
camarones o una típica sopa seca sureña.
Y esa fue mi ruta
de aventura por Huancaya. Visitarla me recordó cuán insignificantes somos ante
tanta grandeza y que Perú es, sin duda alguna, un país privilegiadamente
hermoso por su espectáculo natural sin par.
Disfrutémoslo.