miércoles, 6 de febrero de 2019

«¿Vegana? No. Pescetariana»

Hace exactamente un mes que me volví pescetariana. 

¡¿Qué es eso?! 
Es comer solo pescado y dejar de lado la res, el pollo, el chancho, las demás carnes en general y los embutidos.

¿Por qué la decisión?
Por dos motivos que comparten el mismo nivel de importancia para mí: salud y conciencia.
Por el lado de la salud, me enteré que hay otros alimentos más saludables que me proporcionan las mismas proteínas de las carnes y además, dejarlas de lado, trae muchos beneficios.
Y por el lado de la conciencia, está el tema de la compasión por los animales. El cómo los tratan, cuánto sufren, cómo mueren y más. Prácticamente los tienen en campos de concentración. Ya sabía de algunas cosas bastante inhumanas, pero una amiga -mamá de una adolescente vegana-, me contó más, y eso solo me generó mucho ruido, hasta que me puse una fecha para empezar, y así lo hice. 

¿Por qué pescado sí?
Porque el sufrimiento (relacionado pero diferente al dolor), depende de un grado de conciencia de sí mismos, que los peces no tienen. Por lo tanto, son incapaces de sentir dolor y/o sufrimiento.

Ahora acompaño mis comidas con pescado, atún, huevera o mariscos. Por suerte, en mi casa nunca fue costumbre acompañar las comidas con una presa de “algo”. Podíamos -y aún podemos- comer menestras, y acompañarlas con huevo frito o ensalada; comer tallarines en salsa huancaíana o al pesto, sin ninguna carne encima, y así varias comidas. Es por ello que no se me complica mucho, y además, porque nunca fuimos de mucha res, así que no la extraño. Pero lo que sí comíamos, y mucho, era pollo, que para ser sincera, ya me tenía cansada.

Y, aunque no ha sido tan difícil como imaginé, hay algo que sí extraño bastante: ¡las hamburguesas! A pesar de ser algo que no comía tan seguido (quizás una o dos veces al mes), es lo que más extraño. De todas las chatarras existentes, siempre fueron mis favoritas, y mi primera, segunda, y -casi siempre-, única opción, si se trataba de ir por algo grasoso.

Debo confesar que me gustan tanto, que un día, antes de empezar con esto de ser pescetariana, fui a comer una de las mejores hamburguesas de Lima, a manera de despedirme. Y, también, que este primer mes, he caído en la tentación una vez. Hace una semana, más o menos. 
Extrañaba tanto esa sabrosura, que la pedí con absolutamente todo. Fue algo orgásmico, aunque luego me sentí mal porque me traicioné, y esto, me llevó a aprender a preparar hamburguesas de lentejas, por ejemplo, y me salieron buenazas. Hay muchas opciones más, pero las estoy descubriendo poco a poco. Si tienen algún dato de dónde puedo ir a comer hamburguesas veganas o comprarlas para preparar en casa, se los agradeceré infinitamente.

Ya les iré contando cómo me va, y compartiendo algunas páginas, datos y/o tips. Quizás hasta se animan a ser parte del cambio.
Mientras, les dejo un link donde podrán ver todos los tipos de vegetarianismo que existen:

Y aquí otro donde podrán leer acerca de los beneficios que trae el dejar de comer carne:

Recuerden que todo cambio siempre cuesta, pero cuando es algo que realmente queremos hacer, ¡se puede!