miércoles, 12 de septiembre de 2018

«El rico norte. Otro sueño cumplido»


¿Alguna vez soñaron con ver ballenas? ¿Soñaron con nadar con tortugas? ¿Sabían que esas actividades existen? ¿Sabían que en Perú se pueden realizar? 

Yo desde que lo supe, lo soñé. Y ahora esas actividades tienen un check en mi lista de sueños por cumplir. 

Hace tiempo que venía tratando de convencer a una amiga de ir al norte a realizar estas actividades pero no me ligaba. Supongo que no era su prioridad o no le llamaba tanto la atención como a mí. Entonces, traté de convencer a otra amiga, y en cuanto le dije que había oferta en el pasaje a Talara, me dijo la palabra clave: ¡vamos!

Al norte he ido varias veces pero esta fue específicamente para ver ballenas y nadar con tortugas. Fueron 5 días espectaculares y uno de los mejores viajes que he hecho.
Nuestro vuelo fue hacia Talara, y una vez que llegamos allá, tomamos una mototaxi desde el aeropuerto hasta la Estación del bus local llamado Eppo, por S/10 (un precio bastante caro para la distancia).
Nuestro siguiente destino era Los Órganos. Allá teníamos reservado el hotel y era donde realizaríamos el avistamiento de ballenas. El pasaje costó S/6. Fue hora y media de viaje. Del centro de Órganos, hasta la playa, son 5 minutos en mototaxi, y cobran S/4. 
Finalmente llegamos a nuestro hotel: “Las Tortuguitas Bungalows”. Un hotel de tan solo 5 habitaciones, razón por la cual nuestra estadía tuvo mucha paz. Afortunadamente nos alojamos día de semana porque justo al lado hay una discoteca, e imagino que viernes y sábado la paz se ve interrumpida. Ese día llegamos de noche y lo “único” que hicimos fue contemplar la hora azul y pedir un rico delivery de pollo a la brasa. Volver a salir a la plaza, y a pagar S/4 soles por ir, más S/4 por regresar, no era una opción. Preferimos quedarnos a ver el espectáculo que nos ofrecía el paisaje. 

Al día siguiente, nuestro tour de avistamiento de ballenas empezaba a las 8 a.m. Decidimos hacerlo con la agencia Pacífico Adventures, y tanto el servicio como la embarcación estuvieron buenísimos. El tour cuesta S/130 y dura aproximadamente 2 horas. Te recogen del hotel y te llevan al muelle, que es de donde parten las embarcaciones.
Entre julio y octubre es temporada de avistamiento porque las ballenas llegan a Talara por sus aguas calientes, y esperan a que sus crías crezcan un poco, antes de volver a su hábitat.
No es tan fácil ubicarlas. Toma un tiempo, y entre todas las embarcaciones se van comunicando por si alguien las ve, para que todas se tranladen al punto.
Vimos a dos: mamá e hijo. Lo que se siente al ver que saltan, es indesriptible. Tremendo regalo de la naturaleza y mayor espectáculo. Más aún, si siempre lo soñaste. Es algo que tienen que vivir.
El tour acaba en el museo/café de la misma agencia. Museo que implementaron “gracias” a una ballena que murió varada. 
Se pueden ver, también, fotos de concursos de pesca antiguos. Hay una foto increíble de Hemingway con un pez espada inmenso. Fotos de diferentes tipos de tortugas, ballenas y tiburones. También hay restos óseos de ballena donde realmente se aprecia la inmensidad de la especie, entre muchas otras maravillas.


Luego almorzamos en uno de los tantos restaurantes qué hay en Los Órganos. Se llama “Bambú”. Los precios no son baratos pero los platos son para compartir y eso fue lo que hicimos. Compartimos un riquísimo ceviche con su rica zarandaja, y un arroz con langostinos bien cremosito.
En la tarde fuimos a la playa por un poco de vitamina C, y casi entrando la noche, fuimos al café de Pacífico Adventures por el famoso sándwich de atún ahumado que, cuando llegamos, ya se había acabado. En su reemplazo comimos unas pizzetas buenísimas hechas con ajonjolí y masa de tortilla, y un brownie con helado porque, vaya donde vaya, el postre no puede faltar, amigos mandarinos.
Al día siguiente regresamos por el sándwich, y créanme que realmente es sabrosísimo. El saborcito del atún ahumado, la ensalada que lleva aceite de ajonjolí y esa mayonesa tan ligerita, ¡ufff! Si pasan por el norte, ir por ese sándwich es obligatorio. 

Luego enrumbamos a Zorritos, porque el viaje no acababa con el tour de ballenas. Llamé a nuestro amigo Armando que nos llevó en mototaxi hasta Máncora por tan solo S/15. Y luego tomamos un colectivo hasta Zorritos por S/10 cada una. 

Llegamos a Casa Andina Zorritos y todo fue de lujo. Ese día estaba nublado y nos dijeron que así había estado toda la semana, que había llovido y que el sol no iba a salir en esos días, pero como yo soy contreras, puse mis velitas al Sr. de Muruhuay, hice mi pago a la Pachamama y me puse a bailar en un pie. Al día siguiente, ¡solazo! Pide con el corazón que se te concederá.


Todo fue espectacular: la habitación, la cama, la cena, la ducha, el desayuno, la piscina, la playa, las instalaciones y ni qué decir del servicio. ¡Un lujo!

Fueron dos mágicos días que estuvimos en el hotel. Luego, fuimos para El Alto. Ahí vive una pareja de amigos del barrio, de la chiquititud, con sus hijos. Nos abrieron las puertas de su casa -y de su corazón- para alojarnos por una noche. 
Esa noche fue totalmente diferente a cualquier otra noche en cualquier lugar del mundo. ¡Hicimos maratón de una serie koreana! 

Al día siguiente, como aún había tiempo -y un poco de monedas-, nos fuimos a Ñuro para nadar con tortugas. Otro sueño más. Era mucho más fácil ir desde Los Órganos, pero en ese momento decidimos asegurar lo que quedaba de dinero.
Colectivo hasta Ñuro por S/4 cada una, y el ingreso al muelle con acceso a nadar con las tortugas, S/10. 
Fuimos las primeras en llegar, y nuestro amigo Carlos fue súper amable. Esperó a que entráramos en confianza para bajar por esa escalera casi criminal. Nos tomó hartas fotos. Nos incentivó a perder el miedo y poder soltarnos de las barandas para nadar libremente y, obviamente, nos reímos muchísimo con él. Se supone que son 10 minutos de permanencia y estuvimos como media hora. Privilegios de ir temprano y hacerte amigo de la gente que nos presta servicios. 


Saliendo del muelle nos fuimos a la playa, que parece una piscina, y comimos un rico ceviche.
Para regresar a El Alto, tomamos colectivo hasta Los Órganos por S/3 cada una, y luego bus por S/2.50.

Y como todo en la vida, nuestro viaje llegó a su final. Antes de irnos, almorzamos un delicioso buffet marino preparado por nuestra anfitriona Jacky, y luego partimos. De El Alto a Talara, S/4 y luego mototaxi al aeropuerto por S/8. 

Y así, con mucha pena, acabó esta maravillosa aventura. Una de las mejores que he tenido hasta el momento.

Nada mejor que ir descubriendo lugares y seguir dándole vida a la vida.


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