¿Alguna
vez soñaron con ver ballenas? ¿Soñaron con nadar con tortugas? ¿Sabían que esas
actividades existen? ¿Sabían que en Perú se pueden realizar?
Yo
desde que lo supe, lo soñé. Y ahora esas actividades tienen un check en mi
lista de sueños por cumplir.
Hace
tiempo que venía tratando de convencer a una amiga de ir al norte a realizar
estas actividades pero no me ligaba. Supongo que no era su prioridad o no le
llamaba tanto la atención como a mí. Entonces, traté de convencer a otra amiga,
y en cuanto le dije que había oferta en el pasaje a Talara, me dijo la palabra
clave: ¡vamos!
Al
norte he ido varias veces pero esta fue específicamente para ver ballenas y
nadar con tortugas. Fueron 5 días espectaculares y uno de los mejores viajes
que he hecho.
Nuestro
vuelo fue hacia Talara, y una vez que llegamos allá, tomamos una mototaxi desde
el aeropuerto hasta la Estación del bus local llamado Eppo, por S/10 (un precio
bastante caro para la distancia).
Nuestro
siguiente destino era Los Órganos. Allá teníamos reservado el hotel y era donde
realizaríamos el avistamiento de ballenas. El pasaje costó S/6. Fue hora y
media de viaje. Del centro de Órganos, hasta la playa, son 5 minutos en
mototaxi, y cobran S/4.
Finalmente
llegamos a nuestro hotel: “Las Tortuguitas Bungalows”. Un hotel de tan solo 5
habitaciones, razón por la cual nuestra estadía tuvo mucha paz. Afortunadamente
nos alojamos día de semana porque justo al lado hay una discoteca, e imagino
que viernes y sábado la paz se ve interrumpida. Ese día llegamos de noche y lo
“único” que hicimos fue contemplar la hora azul y pedir un rico delivery de
pollo a la brasa. Volver a salir a la plaza, y a pagar S/4 soles por ir, más
S/4 por regresar, no era una opción. Preferimos quedarnos a ver el espectáculo
que nos ofrecía el paisaje.
Al
día siguiente, nuestro tour de avistamiento de ballenas empezaba a las 8 a.m.
Decidimos hacerlo con la agencia Pacífico Adventures, y tanto el servicio como
la embarcación estuvieron buenísimos. El tour cuesta S/130 y dura
aproximadamente 2 horas. Te recogen del hotel y te llevan al muelle, que es de
donde parten las embarcaciones.
Entre
julio y octubre es temporada de avistamiento porque las ballenas llegan a
Talara por sus aguas calientes, y esperan a que sus crías crezcan un poco,
antes de volver a su hábitat.
No
es tan fácil ubicarlas. Toma un tiempo, y entre todas las embarcaciones se van
comunicando por si alguien las ve, para que todas se tranladen al punto.
Vimos
a dos: mamá e hijo. Lo que se siente al ver que saltan, es indesriptible.
Tremendo regalo de la naturaleza y mayor espectáculo. Más aún, si siempre lo
soñaste. Es algo que tienen que vivir.
El
tour acaba en el museo/café de la misma agencia. Museo que implementaron
“gracias” a una ballena que murió varada.
Se
pueden ver, también, fotos de concursos de pesca antiguos. Hay una foto
increíble de Hemingway con un pez espada inmenso. Fotos de diferentes tipos de
tortugas, ballenas y tiburones. También hay restos óseos de ballena donde
realmente se aprecia la inmensidad de la especie, entre muchas otras maravillas.
Luego
almorzamos en uno de los tantos restaurantes qué hay en Los Órganos. Se llama “Bambú”.
Los precios no son baratos pero los platos son para compartir y eso fue lo que
hicimos. Compartimos un riquísimo ceviche con su rica zarandaja, y un arroz con
langostinos bien cremosito.
En
la tarde fuimos a la playa por un poco de vitamina C, y casi entrando la noche,
fuimos al café de Pacífico Adventures por el famoso sándwich de atún ahumado
que, cuando llegamos, ya se había acabado. En su reemplazo comimos unas
pizzetas buenísimas hechas con ajonjolí y masa de tortilla, y un brownie con
helado porque, vaya donde vaya, el postre no puede faltar, amigos mandarinos.
Al
día siguiente regresamos por el sándwich, y créanme que realmente es sabrosísimo.
El saborcito del atún ahumado, la ensalada que lleva aceite de ajonjolí y esa
mayonesa tan ligerita, ¡ufff! Si pasan por el norte, ir por ese sándwich es
obligatorio.
Luego
enrumbamos a Zorritos, porque el viaje no acababa con el tour de ballenas. Llamé
a nuestro amigo Armando que nos llevó en mototaxi hasta Máncora por tan solo
S/15. Y luego tomamos un colectivo hasta Zorritos por S/10 cada una.
Llegamos
a Casa Andina Zorritos y todo fue de lujo. Ese día estaba nublado y nos dijeron
que así había estado toda la semana, que había llovido y que el sol no iba a
salir en esos días, pero como yo soy contreras, puse mis velitas al Sr. de
Muruhuay, hice mi pago a la Pachamama y me puse a bailar en un pie. Al día
siguiente, ¡solazo! Pide con el corazón que se te concederá.
Todo
fue espectacular: la habitación, la cama, la cena, la ducha, el desayuno, la
piscina, la playa, las instalaciones y ni qué decir del servicio. ¡Un lujo!
Fueron
dos mágicos días que estuvimos en el hotel. Luego, fuimos para El Alto. Ahí
vive una pareja de amigos del barrio, de la chiquititud, con sus hijos. Nos
abrieron las puertas de su casa -y de su corazón- para alojarnos por una
noche.
Esa
noche fue totalmente diferente a cualquier otra noche en cualquier lugar del
mundo. ¡Hicimos maratón de una serie koreana!
Al
día siguiente, como aún había tiempo -y un poco de monedas-, nos fuimos a Ñuro para
nadar con tortugas. Otro sueño más. Era mucho más fácil ir desde Los
Órganos, pero en ese momento decidimos asegurar lo que quedaba de dinero.
Colectivo
hasta Ñuro por S/4 cada una, y el ingreso al muelle con acceso a nadar con las
tortugas, S/10.
Fuimos
las primeras en llegar, y nuestro amigo Carlos fue súper amable. Esperó a que
entráramos en confianza para bajar por esa escalera casi criminal. Nos tomó
hartas fotos. Nos incentivó a perder el miedo y poder soltarnos de las barandas
para nadar libremente y, obviamente, nos reímos muchísimo con él. Se supone que
son 10 minutos de permanencia y estuvimos como media hora. Privilegios de ir
temprano y hacerte amigo de la gente que nos presta servicios.
Saliendo
del muelle nos fuimos a la playa, que parece una piscina, y comimos un rico
ceviche.
Para
regresar a El Alto, tomamos colectivo hasta Los Órganos por S/3 cada una, y
luego bus por S/2.50.
Y
como todo en la vida, nuestro viaje llegó a su final. Antes de irnos, almorzamos
un delicioso buffet marino preparado por nuestra anfitriona Jacky, y luego
partimos. De El Alto a Talara, S/4 y luego mototaxi al aeropuerto por
S/8.
Y
así, con mucha pena, acabó esta maravillosa aventura. Una de las mejores que he
tenido hasta el momento.
Nada
mejor que ir descubriendo lugares y seguir dándole vida a la vida.
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