lunes, 26 de diciembre de 2016

«¡Gracias 2016!»

¡Qué buen 2016!

No me sorprende lo «malo» que me trajo porque ya de eso he tenido mucho y siempre le doy vuelta a la tortilla. Elijo quedarme con el aprendizaje porque finalmente ¡todo se supera! Lo que sí me sorprende es la cantidad de buena vibra y bendiciones que llegaron a mi vida.

Una vez más perdí mi trabajo y una vez más me di cuenta que hay otro lugar donde debo estar, en realidad donde ¡quiero!.
Este ha sido mi primer año como fotógrafa, y digo fotógrafa con cierta duda porque no sé cuándo es que realmente uno se convierte en eso. Siento aún que soy un pollito chiquititito pero hay que ponerle un nombre. Ha sido mi primer año y estoy más que agradecida con el Pelucón, Dios, porque me dio muchísimo trabajo y muchísima experiencia.

Casi a comienzos de año decidí embarcarme en una nueva aventura para fin de año y con la pérdida de trabajo que tuve pues fue bastante difícil lograr el objetivo. Pero bien dice el dicho «Dios aprieta pero no ahorca» y así como cuando tenía mis dudas sobre si me aventuraba o no y me llegó un mail como Diosidencia, todo lo que vino después también fue de él, por él y gracias a él. No cabe duda que cuando le pones punche, todo fluye y todo es posible.

El año se pasó mucho más rápido que otros, y creo que mientras más viejo te haces, más rápido se pasa. Hay tantas cosas por hacer que el tiempo ya nos queda corto.
Llegó la navidad y junto con ella los sentimientos encontrados de todos los años. La felicidad por un año más de celebración, la tristeza por las carencias y situación de otros y también la nostalgia por los que ya no están pero que ahora son nuestros ángeles.

No me gusta la Navidad porque claramente me pone muy sensible pero ¡AMO EL AÑO NUEVO!.
Me encanta porque puedes trazarte nuevas metas, lograr nuevos objetivos, hacer las cosas mejor. Me encanta porque te creas nuevas oportunidades y todo eso tan trillado pero tan cierto.
El significado del Año Nuevo cambió para mí cuando recibí el 2015. Fue totalmente distinto, emocional, espiritual, ¡especial! Y le doy los créditos a uno de mis mejores amigos porque aunque yo fui la de la idea y la de la producción de cada detalle, estoy completamente segura que no hubiera sido igual con otra persona.
Este año conocí muchísima gente, buena, mala, de todo. De cada una de ellas me llevo algo, de cada una de ellas aprendí lo que quiero ser y lo que no también. Y bueno, como para cerrar el año conocí a alguien. Alguien que me está haciendo nuevamente ¡Creer!. Así que a meterle punche y construir ¡con fe!

Hoy, a puertas ya del 2017, quiero agradecerle a la vida por darme tantas cosas buenas. Dicen que uno recibe lo que se merece pero no sé si yo merezca tanto, a lo mejor quedo luego debiendo.
Hace poco me di cuenta que tengo un tema con el #7 y ya quiero empezar a vivir el 201-7.

Que este año venga cargado de muchísima buena vibra para todos ustedes pero sobre todo que les dé mucha salud, con eso ya es más que suficiente. La chamba extra depende de nosotros mismos y del punche que le metamos.
No basta con soñar, hay que decretar y sobre todo trabajar, trabajar en nuestros sueños.

«El mayor riesgo es no arriesgarse»

¡Buenas vibras para el 2017!


miércoles, 30 de noviembre de 2016

«Soñar es gratis»

Hoy desperté una vez más pensando en «Cómo», en ¿Cómo voy a hacer para recorrer todo el mundo?
No recuerdo desde cuándo pero estoy segura que desde muy pequeña esas ganas me invaden. 


Mi primer viaje fue a Huancayo, tenía 6 años y creo que fue el causante de mi adicción.
Tengo miles de destinos en mi cabeza dando vueltas y si la vida y la plata me alcanzaran, realmente viviría yendo y viniendo sin duda alguna. Pero aterrizando un poco, los que de todas maneras tengo que  conocer son:
 Islas de Pascuas
Salar de Uyuni
Disney
Nueva York
París
Italia
Tahití
Bali
India 


De Perú conozco bastante, felizmente, y es por eso que no lo menciono. Y donde siempre me encanta volver es a las playas del norte y Cusco, sobre todo a Chinchero que es mi lugar favorito.

La verdad es que empecé escribiendo esto pensando en que sería una especie de redacción tipo diario, como cuando tienes 13 años. Se acerca una fecha muy especial para mí y quise escribir sobre esa emoción pero sin querer todo fue fluyendo y terminé escribiendo un post sobre mi más grande sueño (hace un par de años se me ha acentuado lo dispersa). Pero volviendo al tema, conozco algunas ciudades que considero pocas por esta adicción que justamente tengo de querer siempre ir por más. El primer país que conocí fue Argentina. Me encantó Buenos Aires y claro, ¡es lindísimo! pero con esa ciudad en particular me pasó algo muy extraño, ¡siempre quiero volver! ¿¡Quién no quiere volver a un lugar donde fue feliz!? Pero cuando realmente te cuesta mucho esfuerzo viajar, prefieres no repetir destinos e ir por nuevos. 
Estuve en Buenos Aires en el 2008 y desde ese entonces cada cierto tiempo siento algo en el pecho, en el corazón, en el alma, que me dan unas inmensas e intensas ganas de volver. Luego vienen a mi todas las preguntas del mundo: ¿Será que allá está mi vida? ¿Encontraré algo de mi pasado? ¿Estará el amor de mi vida por allá? ¿Será que es algo malo? Porque también esa pregunta se me cruza pero obvio, prefiero ser positiva y pensar que encontraré un guapísimo millonario que me acompañará a recorrer el mundo. ¡Es broma! O también puede ser como decía mi abuelo: «entre broma y broma, la verdad se asoma».


¡Soñar es gratis y alimenta el alma, nunca paren!






domingo, 25 de septiembre de 2016

«Caso FIRES: ¡Nunca te resignes!»

«El síndrome epiléptico por infección febril, FIRES, describe una encefalopatía epiléptica aguda potencialmente fatal.
La prevalencia europea del FIRES se estima en 1/100.000 niños y adolescentes.
El FIRES se presenta generalmente en niños y adolescentes de 3-15 años que previamente han sido sanos y han tenido un desarrollo normal. Siempre aparece tras una enfermedad febril simple. Los síntomas incluyen la aparición súbita de crisis convulsivas, focales recurrentes. A esto le sigue una epilepsia focal refractaria junto con una pérdida de la memoria, la inteligencia y la conducta. En algunos casos pueden presentarse trastornos psiquiátricos y ocasionalmente discapacidad motora. En los casos graves, la progresión de la enfermedad puede conducir a un estado vegetativo o semi-consciente o incluso a la muerte.»
                                                                                                                                   Fuente: Orphanet


Hoy quiero escribir acerca de este tema (a pesar de no ser del estilo del blog) porque me afecta directamente y quisiera que todos puedan conocer y sobre todo entender el tema que como se pueden dar cuenta, le puede pasar de un momento a otro a cualquier niño, sin distinción alguna.



En Perú existen solo 2 casos y uno de ellos es el caso de una pequeñita muy cercana a mí, de 9 años.


Ella presentó este síndrome a finales del 2014 pero al principio nadie daba con lo que tenía. A la fecha, no existe una cura y solo se puede tratar con anticonvulsivos pero hay que cambiarlos cada cierto tiempo porque el organismo va presentando resistencia.

Ella desde el 2014 va y viene del hospital. Sus estadías a veces son breves y a veces no. Ahora ya son casi 6 meses que lleva internada. No está postrada en una cama ni mucho menos pero todos los días convulsiona, toma mucha medicina, no come golosinas, no ve a sus hermanos pequeñitos porque no los dejan entrar, no va al colegio, no va al parque, no VIVE como un niño 100% sano.
Su mamá es una luchadora y nunca se resignó. Sigue buscando los medios para darle la calidad de vida que necesita y merece. Rendirse no será nunca opción y saldrán de ésta victoriosas.
La familia todos los días gasta mucho dinero en medicinas, pasajes, exámenes, entre otras cosas. No falta quien apoya con lo que puede, desde una oración hasta medicinas, ¡todo suma!
Por ahora, los médicos andan probando las dosis adecuadas de anticonvulsivos que debe tomar y esperamos que no demoren mucho. Sería hermoso que pueda pasar Navidad en su casa, con su familia y con esa ilusión que en los niños representa la fecha.

Agradezcan siempre todo lo que tienen. Al despertar, por ese día más y al acostarse, por los momentos del día y el aprendizaje obtenido de ellos. Vivan intensa y plenamente cada día que pasa. Procuren hacer algo por alguien todos los días, escuchar, ceder el asiento, ayudar a cruzar una pista, entre otros gestos. Y a pesar de las diferencias que puedan haber, también aprendan a disfrutar a su familia (de sangre o de alma).

¿A qué quiero llegar con el párrafo anterior? A que hoy estamos pero mañana no sabemos. No permitamos nunca arrepentirnos de algo.

Y quiero terminar diciendo que siempre he creído en los milagros y hoy no es la excepción. Espero uno desde lo más profundo de mi alma.
Es apenas una niña y como muchos otros que padecen otras enfermedades, merecen ser sanos, felices y libres. Recién empiezan su viaje en esta vida tan complicada pero hermosa.

¡La Vida es una Mandarina, y esa pequeñita tiene que disfrutarla!






miércoles, 14 de septiembre de 2016

«Los sueños no se cumplen, se trabajan»

Han pasado varias semanas desde mi último post.
Pensé escribir semanalmente pero me he dado cuenta que el tiempo, muchas veces, gana y no podemos forzar la creatividad. Prefiero hacer las cosas bien y hacerlas desde el alma, así que esperé.

Hoy elegí escribir acerca de los sueños. No de esos que tenemos mientras dormimos,  sino, más bien, de los que no nos dejan dormir.
Elegí el tema en uno de mis viajes en carretera porque tuve demasiado tiempo para que los pensamientos se apoderen de mí y dieran mil y un vueltas sin pedir permiso.

¿Qué son los sueños? ¿Pueden cumplirse? ¿Qué hay que hacer para que sucedan? ¿Por qué otros pueden hacerlos realidad? ¿Qué tan posibles o imposibles son? Creo que esas son las preguntas más frecuentes que cualquiera puede hacerse.

Estoy segurísima de que todo el mundo tiene al menos un sueño en la vida. Yo, por ejemplo, tengo muchísimos,  pero también hay otros tantos que he ido cumpliendo o, mejor dicho, «trabajando».
Si yo tuviera que responder todas las preguntas anteriores, diría que sí pueden cumplirse.

En mi caso, prefiero primero soñar, luego convertir ese sueño en plan y trabajar en eso. Sí, es así como a mí se me acomoda y como voy de a poquitos cumpliendo cada uno de ellos. Nada es imposible y el primer paso ya lo dieron todos. Lo que sigue es encontrar esa razón, ese motivo que nos impulse a pensar en el «Cómo».

Seguro van a pensar que la mayoría de sueños tiene que ver con dinero y seguro que sí. ¡Pues entonces a trabajar! Hay que comenzar a pensar en qué podemos hacer para generar esos ingresos extras que nos harán llegar a la meta.
Es mejor ir lento pero seguro, que nunca haber intentado siquiera.
Uno de mis sueños es poder recorrer el mundo entero y claro, suena recontra imposible, pero nunca sabré si ni siquiera intento. Mi plan es «trabajar, ahorrar, viajar» y repetir el procedimiento las veces que sea necesario.

Y aunque suene trillado, ¡nada es imposible! Encontremos esos motivos y empecemos a trabajar en nuestros sueños. Y si alguna vez alguien se atreve a decir que no podemos, tomemos ese comentario como el motivo más grande y ¡que nadie nos pare!

¡Buena vibra para todos los soñadores y adelante!




miércoles, 3 de agosto de 2016

«Nunca vuelves a ser el mismo después de un viaje»

¿Escucharon eso alguna vez?
Pues yo lo leí en facebook hace poco y creo que no hay nada más acertado. Sea que viajes solo o acompañado, todo viaje enriquece y todo viaje es aprendizaje.

En fiestas patrias estuve por Colán, Piura. Fuimos un grupo de 3 amigas, en realidad somos 4 pero tuvimos una baja. Sin querer queriendo estos viajes anuales se nos están volviendo una tradición. Pero a lo que quiero llegar es, que en caso vayas acompañado de tu pareja o amigos, una de las principales cosas que un viaje te enseña es a CEDER. Desde la planificación ya se debe llegar un acuerdo para el destino y el hotel hasta cosas como a qué hora ponemos la alarma, quién se baña primero, qué lugar visitamos, vamos en tour o por nuestra cuenta, dónde almorzamos y un sinfín de cosas de las que a lo mejor en el momento, no nos percatamos. Convivir, aunque sean pocos días, no es nada fácil.

En caso viajes solo, la experiencia es más espiritual a mi parecer. Tienes la oportunidad de decidir sobre todo lo anteriormente mencionado, sin consultar con nadie. Un viaje solo, te conecta contigo mismo, te hace pensar más en tus rollos, en tus planes, en tu vida, en lo que es y en lo que no también.

En el 2007, estuve por trabajo en Piura con varios colegas. Apenas tuvimos un tiempo libre, nos fuimos de paseo y llegamos a Colán. Fue la primera vez que estuve ahí y quedé enamorada de la playa, del lugar tan tranquilo (a comparación de otras playas del norte), de las casitas que están construídas de madera y en alto por si la marea sube, del restaurante donde almorzamos, que sinceramente pensé no encontrar esta vez pero seguía ahí y por supuesto, de su atardecer.

Todo esto me hizo proponer a Colán como destino para este viaje. Y menos mal, mis amigas siempre me dicen: ¡Vamos!

Volver a Colán fue una gran idea, me hizo sentir una emoción que no puedo describir y que tampoco sé a qué responde. Sin embargo, hoy vi una película sobre un escritor y en su libro menciona lo siguiente:

«Dejamos detrás algo de nosotros mismos al irnos de un lugar. Permanecemos ahí, a pesar de habernos ido. Y hay cosas en nosotros que solo podemos encontrar de nuevo cuando regresamos allí.
Viajamos hacia nosotros mismos al ir a un lugar donde vivimos parte de nuestra vida sin importar lo breve que haya sido.»

Tal vez en el 2007 dejé algo ahí que esta vez que regresé, me hizo viajar hacia mí misma al volverlo a encontrar.

Es por esto que quise compartir con ustedes la frase del título, para que puedan analizarse un poco y descubrir si en realidad sienten lo mismo, si con todas sus aventuras son hoy personas distintas, si su alma se ha enriquecido, entre muchas otras cosas que se aprenden con los viajes.

Y bueno, si se quieren dar una vuelta por este lugar tan lindo, me permito contarles cómo. De Piura deben viajar a Paita, son 45 minutos y pueden ir en transportes Dora, S/.5.00 el pasaje. En Paita toman un colectivo hasta el mismo Colán, S/.4.00. Pregunten por Jesús, es súper amable y por S/.1 más, los deja en la puerta del hotel.
Nosotras nos quedamos en el Hotel Punta Colán. Lo súper recomiendo porque es bonito, pequeño, acogedor, tiene una excelente piscina y está a 5 minutos de la playa si vas caminando.
Para comer tienen bastante variedad pero les recomiendo el restaurante San Felipe, eso sí, vayan temprano porque en temporada alta la gente hace cola.

Y viajen siempre, que nada alimenta más el alma que hacerlo.





miércoles, 27 de julio de 2016

«¡¡¡Feliz día PERÚ!!!»

Hoy las redes sociales estarán invadidas de mil y un saludos al Perú, de mil y un palabras de cariño y de mil y un muestras de afecto de todos los peruanos.

Pero, ¿¡de qué sirven!?

¿De qué sirven los saludos y las palabras de orgullo si los peruanos no cambiamos, si no hacemos nada, si ante la injusticia (en todo los sentidos) somos indiferentes?. 
El Perú no es solo hermosos paisajes y deliciosa comida. ¡El Perú somos todos!
Pero, ¿qué estamos haciendo para construir un buen lugar en donde vivir?

Hoy, en el día de nuestra patria, construyamos con todas sus letras un nuevo significado para ella:

Con P de Prometo. 
Prometo poner mi granito de arena para construir un mejor lugar y dejarle un país libre a las generaciones que vienen. Libre de corrupción, de delincuencia, de ignorancia, de abuso, de injusticia, y de mucho más. Prometo sembrar valores y transmitirlos. Prometo ser un mejor ciudadano y hacer cosas que nos engrandezcan, desde botar esa envoltura o ese boleto del bus que tanto me estorba, donde corresponde (y si no me lo guardo hasta encontrar un tacho en la calle o llegar a mi casa) hasta elegir por convicción a nuestras autoridades y no solo porque son el mal menor. 

Con E de Enorgullezco.
Me enorgullezco de decir de dónde vengo, decir que soy peruano y llevar mi nacionalidad en alto. Que a pesar de que somos mal vistos en muchos países, me enorgullezco de ser quién soy porque ser peruano es un sentimiento y se lleva en el corazón, en la sangre y en el alma.

Con R de Reafirmo.
Reafirmo mis sentimientos con cada acción. Reafirmo que la sangre que corre por mis venas es totalmente roja como el color de mi bandera y el de mi corazón.

Con U de Unifico.
Unifico las razas, las clases sociales, las religiones. Somos seres humanos, tenemos sentimientos y a todos nos mueve la fe. Unifiquémonos y seamos un solo país, un solo sentir y un solo latir. Toleremos nuestras diferencias y construyamos una unidad con ellas y no un patria  dispersa e indiferente.

Cumplamos la promesa de empezar a construir bajo este nuevo significado.
Con grandes actos se logra, señores.

¡¡¡Feliz día PERÚ!!!







miércoles, 20 de julio de 2016

«¡¡¡Y hasta que por fin!!!»


¡Sííí! Hasta que por por fin me animé a crear este blog que tantas vueltas me daba en la cabeza.

Han pasado 2 años desde que mi vida dio un giro inesperado, y felizmente vi la oportunidad y la rediseñé. En ese momento despertaron en mí una serie de sensaciones que al parecer estaban ahí solo que bien dormidas. Es así como la pasión por el arte, que desde muy chiquita tenía, afloró de nuevo. Decidí por fin incursionar en la fotografía, me matriculé en clases de yoga, porque también el tema espiritual se hizo presente reclamando lo que le tocaba: paz. Empecé a viajar muy seguido, a ir al ballet, al teatro y más.

De pronto me entraron unas ganas enormes de querer comerme el mundo, de volver a hacer muchísimas cosas que antes hacía y otras que nunca hice, entre ellas las de escribir. Claro, esto demoró un poco más pero finalmente lo hice y estoy aquí.

¿Por qué «La Vida es una Mandarina»? ¡¡¡Jajajaja!!! ¡Sí, a mí también me da risa! Cuando me senté a tener una lluvia de ideas, escribí varias palabras y frases con las que empecé a jugar, también le pedí ayuda a una de mis mejores amigas pero me di cuenta que es mejor su soporte emocional que su creatividad. Cuando por fin elegí un nombre, ya tenía dueño. Luego me distraje (porque así soy), fui a la cocina por algo para comer y de pronto pensando en cosas de la vida, suspiré y dije: ¡ayyy, la vida, la vida!, cogí una mandarina (por cierto, mi fruta favorita) y ¡tan tan!, dije: ¡La vida es una mandarina! Y sí, se parecen (créanme). La vida es rica, jugosa, a veces dulce, a veces ácida, a veces con pepa a veces sin ella, y se disfruta de a poquitos, un día a la vez, gajito por gajito. ¿¡O no!?.


Bueno, «La Vida es una Mandarina» llegó para compartir con ustedes las pasiones de la vida como viajes, fotos, lugares para comer, actividades para hacer y muchas cosas más que espero disfruten.



¡Bienvenidos a la aventura!

¡Que les vaya bonito!